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| En la actualidad han desaparecido las distancias, al menos con el concepto que se tenía antiguamente. Así las largas distancias se han reducido con el uso del tren y del avión, sobre todo con este último puesto que en poco tiempo se recorren miles de kilómetros. Esto tan simple puede presentar algún problema para nuestra salud si volamos más de tres horas puesto que el permanecer tanto tiempo sentado no es bueno para nuestro organismo. Además en los viajes largos donde se incluye cambio de horario y por consiguiente de hábitos los trastornos son mayores. Así en las pasadas olimpiadas hubo una persona que se murió cuando volvía de Australia a su casa en Gran Bretaña (total unas 26 horas de vuelo). El sueño, el cansancio, la irritabilidad, la deshidratación y otros factores pueden aparecer en nosotros. Además esto se puede ver agravado si hay cambios de altitud (vamos a un lugar que está más elevado o menos que donde vivimos habitualmente) y si hay cambios climáticos importantes con respecto al lugar donde vivimos habitualmente. Para evitar males mayores conviene tener en cuenta las siguientes pautas si el vuelo dura más de tres horas:
Una vez en nuestro destino hemos de intentar aclimatarnos lo antes posible y si hay diferencias horarias intentar adaptarnos lo antes posible (por ejemplo si hay una diferencia importante en horas procura dormir cuando llegue la noche aunque tengas un sueño impresionante encima). Como podéis ver nuestro cuerpo no se lleva bien con los cambios bruscos, no es lo mismo subir a la cima de la montaña dando un paseo que da tiempo a ir aclimatándose a los cambios que en un avión donde el cambio es brusco y tenemos que darle tiempo a que nuestro organismo se adapte. |